La capilla de la medalla milagrosa de Paris tiene un encanto y una energía muy especial. Si eres creyente debes visitar esta pequeña capilla ya que hace parte de estos lugares que ver en paris fuera del circuito turistico tradicional.
Cada año, más de dos millones de visitantes y creyentes acuden a la capilla situada en el número 140 de la rue du Bac de París.
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Se cuenta que la Virgen María se le apareció, en varias oportunidades, a una religiosa justo antes de la terrible guerra ocurrida en 1870.
Desde entonces innumerables milagros ocurrieron gracias a la medalla que puedes conseguir allí.
Este lugar enigmático, lleno de energía atrae a miles de personas que llegan cotidianamente desde todas partes del mundo a rezar y pedirle milagros a la virgen.
Curiosamente se trata de uno de los lugares iconicos de paris muy frecuentados por los católicos del mundo entero que llegan de visita.
La Medalla Milagrosa es una de las medallas de la Virgen María más conocidas y usadas en el mundo. También se llama la Medalla Milagrosa de la Rue du Bac porque su historia comienza en esta histórica capilla del corazón de Paris de las Hijas de la Caridad.
En 1830, la Santísima Virgen se apareció a una novicia y le pidió que acuñara una medalla en su nombre. Este fue el comienzo de un éxito mundial.
La historia de Catherine Labouré
Para entender la historia de la Medalla Milagrosa, debemos remontarnos al siglo XIX y seguir el viaje de una joven novicia, Catherine Labouré. Catherine nació el 2 de mayo de 1806 en Fain-les-Moutiers. De niña, trabajó en la granja familiar.
Al quedar huérfana, ingresó en la congregación de las Hermanas de San Vicente de Paúl, también conocidas como Hijas de la Caridad, en la calle rue du Bac de París.
Fue en esta capilla donde la Virgen se le apareció por primera vez la noche del 18 de julio de 1830. Despertada por un niño que la instó a ir a la capilla del convento, Catherine fue allí.
Pronto se le apareció la Virgen y le dijo: «Hija mía, el buen Dios quiere darte una misión. Su tarea será delicada y difícil.
Los días pasaron. La Virgen no volvió a aparecer, y no fue hasta el 27 de noviembre siguiente que Catherine tuvo otra aparición: mientras rezaba en la capilla, vio dos imágenes sobre el altar, cada una de las cuales representaba la cara de una medalla que debía ser grabada.
La Virgen se dirigió a ella y le dijo: «Haz que graben una medalla en este modelo. Las gracias abundarán para aquellos que lo lleven con confianza.

Para entender lo que sucede a continuación, debemos analizar el contexto histórico. Estamos en 1832. Francia se ve afectada por una epidemia de cólera. París estaba devastada. El confesor de Catherine obtuvo el permiso del obispo para acuñar medallas para su distribución.
Las Hijas de la Caridad distribuyeron la famosa medalla, entonces llamada la Santa Medalla, y los milagros comenzaron a suceder. La medalla se convirtió en Milagrosa. Durante la pandemia de cólera, las hermanas utilizaron la medalla.
Fueron estos milagros de curación del cólera los que llamaron la atención. De hecho, las hermanas no se contagiaron de cólera… ¡fueron allí con la medalla!
Dos años después, en 1834, se distribuyeron más de 500.000 medallas. Su fama se hizo mundial.
Los fieles adoptaron esta medalla como forma de ponerse bajo la protección de la Virgen María. En 10 años se acuñaron 100 millones de medallas que se distribuyeron por toda Europa.
En 1876, el número de medallas superó los mil millones. El 27 de julio de 1947, Catherine Labourée fue canonizada por el Papa Pío XII, 70 años después de su muerte.
Hoy en día, en la capilla, hay 2118 exvotos de gracias obtenidos gracias a la medalla.
Significado de la medalla milagrosa
